El mercado de los inoculantes para soja está experimentando un crecimiento colosal en Brasil como resultado de una conjunción de factores con las grandes empresas que apuestan en este sector, pero también con varios actores nuevos que se unen a la competición. Con la producción brasileña de oleaginosas batiendo récords varios años consecutivos, no hay señales de que esta tendencia vaya a cambiar mientras el país consolida su posición de mayor proveedor mundial de soja. Informa Leonardo Gottems, corresponsal en Brasil de New Ag International.
El Business Intelligence Panel de la empresa de estudios Spark Smarter Decisions señaló que el valor de mercado de los inoculantes en Brasil se incrementó un 19% entre las campañas 2017-18 y 2018-19. Este mercado ha crecido y se estima que ahora supone 53 millones de USD. Es importante destacar que la suma de los mercados de inoculantes biológicos y de protección de cultivos alcanzó los 150 millones de USD durante la última campaña agrícola.
Actualmente, ya se utilizan inoculantes en el 82% de la superficie cultivada de soja de Brasil (35 millones de hectáreas), un incremento de más del 5% respecto a la campaña agrícola anterior.
Como constituye una práctica agrícola que tiene por objeto la nutrición de la planta de soja, el mercado de la inoculación biológica está en auge en Brasil. La denominada coinoculación, por ejemplo, alcanzó al 15% de la superficie de oleaginosas en la campaña 2018-19. Sin considerar el empleo de la bacteria tradicional (Bradyrhizobium), la coinoculación consiste en el uso de Bradyrhizobium y Azospirillum brasilense, que actúan fortaleciendo la fijación de nitrógeno en el sistema radicular de las plantas de soja.
Las ventajas son claramente perceptibles por los agricultores. En el caso de la inoculación anual de Bradyrhizobium en la soja, en las zonas antiguas (cultivadas durante varios años) el aumento medio del rendimiento es del 8%. Mediante la coinoculación, este incremento medio salta al 16%. Durante la campaña 2017-18 en el estado de Paraná (el tercer mayor productor de soja de Brasil, con 16,2 millones de toneladas), en un estudio de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), la ganancia media estimada por productor que inoculó con Bradyrhizobium fue de 126 R$ por hectárea, mientras que en el caso de la coinoculación fue de 390 R$/ha en esa temporada y de 296 R$/ha durante la campaña 2018-19, comparada con la ausencia de uso de inoculantes.
El índice de adopción de la inoculación en soja es alto, pero aún queda mucho margen de crecimiento. Según Embrapa, hay potencial de crecimiento del uso de Bradyrhizobium en la soja, pero el margen es todavía mayor para la coinoculación con Azospirillum. Es importante señalar que en el caso del Bradyrhizobium los productores normalmente aplican más de una dosis por hectárea. En la actualidad, solo el 7% de los productores del mismo estado de Paraná practican la inoculación en el surco (del suelo), pero esta práctica se ha ido extendiendo porque es ventajosa en el sentido de que se evita el contacto directo entre las bacterias y las sustancias químicas utilizadas en el tratamiento de las semillas. Así, la amplia adopción de la inoculación del suelo implica un aumento de las dosis vendidas.
Existe potencial de crecimiento del uso de Azospirillum en gramíneas y, más recientemente, para su empleo para la reforma de pastos forrajeros, especialmente con Brachiaria. En este caso concreto, el país cuenta con casi 180 millones de hectáreas de pastos, de las cuales el 70% se encuentran en algún nivel de degradación y necesitan ser recuperadas, para lo que podría utilizarse el Azospirillum, que contribuiría de manera considerable a un cambio en el panorama agrícola del país.
De acuerdo con los datos de la Asociación Nacional de Productores e Importadores de Inoculantes (ANPII) brasileña, Brasil produce más de 60 millones de dosis anuales de inoculantes; un récord mundial, según esta entidad. Por su parte, Marco Antonio Nogueira y Mariangela Hundria, investigadores del departamento de soja de Embrapa, afirman que se comercializaron 74 millones de dosis en el país (incluidos otros cultivos como maíz, trigo, Brachiaria y judías). Esto significa que solo se importa el 23% del total utilizado.
Marco Nogueira, Embrapa
Según la ANPII, existen esfuerzos significativos en curso por cuenta de las empresas del sector en asociación con expertos de universidades, con el fin de fortalecer la innovación y ampliar la participación de las empresas que operan en Brasil. El presidente de la ANPII, José Roberto, informa de que en los últimos años se produjeron los siguientes avances importantes:
Uno de los mayores productores mundiales en el campo de la inoculación es Rizobacter, una empresa con sede en Argentina y cuyo principal cliente es Brasil. Según afirma Ricardo Yapur, presidente de Rizobacter, el panorama en el país es muy alentador por dos motivos: primero, porque los productores brasileños son mucho más entusiastas y están más interesados en el uso de productos biológicos en general; y segundo, porque en los últimos años, y en el caso particular de los inoculantes, ha habido un cambio en el comportamiento de compra de productos técnicos.
Ricardo Yapur, presidente de Rizobacter
Yapur añade que uno de los motivos para una adopción más amplia de esta técnica tiene que ver con el hecho de que, en el mercado brasileño, el uso de semillas controladas ocupa una parte significativa de la superficie plantada y que la aplicación del producto en esas semillas ya estaba integrada en las prácticas habituales del productor. “Poder tener hoy una semilla ya tratada con todos los productos, incluido el inoculante, hizo ver al productor que había diferentes técnicas y provocó un cambio sustancial en la percepción de un producto de calidad superior”, explica. “En lo que se refiere a los inoculantes, Brasil es uno de los mercados con mayor potencial, un motivo para apostar fuerte en ese país”.
Rizobacter es una empresa que lleva exportando sus productos más de 30 años. La mayor dificultad en este campo reside en la vida útil de los productos que atraviesan la frontera. Según cuenta Yapur, el potencial es “muy grande” porque ya existen mercados “muy interesantes” que desarrollar. El objetivo son evidentemente los mercados mundiales desarrollados.
“Es indudable que el mundo, primero en los países europeos, tiende a una agricultura menos dependiente de los insumos de sustancias químicas con el objetivo muy claro de obtener un producto final que se convertirá en alimentos sanos, siguiendo las tendencias y la demanda de los países más desarrollados”, declara Yapur.
José Roberto, presidente de la ANPII, prevé un crecimiento del mercado de los inoculantes de al menos el 10% en la próxima campaña. Justifica su previsión basándose en la suma de tres factores: el aumento del índice de adopción en varios cultivos, un promedio de dosis más altas por unidad de superficie y la expansión de los estudios en el país.
Yapur es más optimista y apuesta por una tendencia de crecimiento superior al 20% apoyándose en el comportamiento de los últimos tres años. “Nuestra idea es que esa tendencia seguirá al alza en los próximos años, unida a la incorporación de nuevas técnicas que vendrán después de los inoculantes y de todos los insumos relacionados con el tratamiento de semillas. No nos equivoquemos, las proyecciones son alentadoras”, asegura.
Según Marco Nogueira, de Embrapa, aparte de los inoculantes con rizobios y Azospirillum, en el mercado brasileño se están comercializando otros microorganismos que favorecen el crecimiento de la planta, como los productos que aumentan la disponibilidad de fósforo y el acceso de las plantas a él a través de diversos mecanismos. Cita como ejemplos los inoculantes a base de bacilos y hongos micorrízicos y otros promotores del crecimiento, como las bacterias Pseudomonas y Nitrospirillum.
Nogueira también afirma que es imprescindible hacer publicidad positiva de las ventajas de esta técnica y de las buenas prácticas de los fabricantes de inoculantes que incluya el registro, la producción y el control de calidad continuo de los productos. “Los productos ineficaces, el transporte y almacenamiento inadecuados, y la recomendación innecesaria y antagónica de microorganismos pueden conducir al descrédito de una técnica desarrollada a lo largo de décadas de inversión en investigación y del desarrollo de inoculantes de calidad”, señala. “Viendo solo el caso de la soja, si consideramos la superficie cultivada, las necesidades de nitrógeno de la planta y los precios actuales de los abonos nitrogenados, la fijación biológica del nitrógeno se traduce en un ahorro para el país estimado en 14.400 millones de USD anuales”.
José Roberto, presidente de la ANPII
Para André Dias, de Spark Smarter Decisions, teniendo en cuenta la trayectoria de las dos últimas campañas, es un mercado que seguirá creciendo y evolucionando tecnológicamente. “Estos productos no solo añaden competitividad al cultivo de soja, sino que también lo hacen más sostenible”, afirma. “El gran reto para los productores y para los importadores de inoculantes de Brasil es permitir un tratamiento anticipado y compatible con los principales métodos para el tratamiento de semillas utilizados en la soja”.
André Dias, Spark Smarter Decisions